Itata, más que un valle


Larga vida a las cepas patrimoniales

A pesar de las diversas discusiones que han intentado apropiarse del origen del vino en Chile, no hay duda que Itata lleva la delantera. Sin haber generado mucho ruido en el siglo recién pasado (en la segunda mitad del siglo XIX, Itata vive su período de esplendor), la importancia de dicha zona siempre ha estado en los anales de la historia nacional. Bien lo describen variados cronistas e historiadores que enfatizan en las bondades del terruño próximo a Concepción. En función a ello, el historiador penquista, Fernando Campos Harriet establece que los denominados "vinos de Concepción" durante el período colonial (los que fueron cobrando gran renombre a nivel nacional, siendo considerados los mejores de Chile), corresponde a un territorio al interior de Concepción, específicamente en Itata. Al hablar de Itata en aquel entonces, se hace referencia a un territorio que limita al norte con Maule, Chillán por el este, Puchacay al sur y hacia el oeste el Pacífico, teniendo como columna vertebral el río del mismo nombre (siglo XVII). No cabe duda que las cepas introducidas por los españoles, se adaptaron rápidamente al clima y suelo del centro-sur chileno y con ello, se ganó un espacio dentro de las actividades del campo chileno. Si bien, la actividad cerealera (trigo en su mayoría) dominó la actividad económica durante el período colonial, tras la independencia e inmerso en el siglo XIX, aquella matríz se fue diversificando e incorporó nuevos productos a la economía nacional (el vino cobraría gran relevancia económica a finales del siglo decimonónico tras la apertura de los mercados trigueros de la Araucanía, con ello, las demás zonas productivas tuvieron que reinventarse, lo mismo ocurrió para los puertos de Tomé y Constitución; el vino fue la solución para muchos). Pero, en aquel momento, justo en aquel momento, en Europa la Phylloxera destruía los viñedos del viejo mundo, es así como algunos enólogos europeos, miran con buenos ojos el terruño al sur del continente americano (Chile), el cual, no se vio afectado por dicho insecto (Chile fue una de las pocas regiones del mundo que no se vio afectada). Con ello, una nueva generación de intelectuales llegó al país y traían bajo el brazo, las famosas "cepas francesas"
Es así, como comienza el declive de las cepas que por cientos de años, fueron parte del orgullo nacional... las cepas tradicionales, paulatinamente comenzaron a ser arrancadas y reemplazadas y los campos chilenos, se comenzaron a afrancesar. 

El romance que ha experimentado la sociedad chilena con las cepas francesas, ha provocado que nuestras cepas patrimoniales, estén destinadas a satisfacer la demanda popular del campo chileno, olvidando en gran medida nuestras raíces, nuestra identidad.
!!!Larga vida a las cepas patrimoniales!!!

Bacchus amat colles

Comentarios

Entradas populares