ITATA, El ciclo cerealero y viticultor en el cambio de siglo (XIX-XX); la expansión de la matriz productiva


 

            El nuevo año comenzó anunciando, como todos los años, el impuesto agrícola que debía hacerse efectivo en el mes de abril, antes no se pudo dar este trámite por las complicaciones gubernativas en que estuvo inserto el país (1891). Como ha sido la tónica en los últimos años, las cosechas de vinos ha visto un crecimiento exponencial y la productividad abundante en el departamento. A diferencia de los años anteriores, la recolección en 1891 ha sido a tiempo, antes de las lluvias, por lo que su calidad es superior a los mostos predecesores. Es paradójico establecer que a pesar de la alta productividad de los viñedos, la demanda de un subproducto como la chicha ha descendió considerablemente, siendo su precio de $1 arroba (@)[1] en aquel año, pero, los insumos relacionados a la producción del vino, como las pipas, en el vecino puerto de Tomé se encuentran a la venta por toneleros expertos “H. P. Henrichsen e hijos[2]. El año 1892, fue un mal período para las cosechas de viñedos, los propietarios de las vendimias se quejan por el poco producto de sus viñedos, tal es el caso que se asegura que lo producido en las cosechas, son la tercera parte de lo que se generó el año pasado[3]. Tras la preparación de los mostos, la preocupación latente entre los viñateros es, su conservación y la calidad de las maderas en que se almacena el vino. Teniendo presente que el vino toma un sabor a madera, producto del moho que se desarrolla en las barricas, los viñateros han desarrollado una técnica para quitar aquel sabor a madera, consiste en "trasvasijar" o traspasar el vino a un tonel nuevo o bien limpio, luego agitarlo con aceite de olivo en la proporción de 1 litro de aceite por 230 litros de vino[4]. Para los viñateros, es una buena manera de mantener la calidad de los mostos y cuidar su sabor de la madera en la que se almacena.

            El año 1893, repitiendo la dinámica de los años anteriores, los agricultores se mostraron muy descontentos por el estado en que se encuentran los viñedos, a pesar de que no expresan detalladamente las circunstancias en que están, evidencian que tienen mal aspecto, vaticinando que las cosechas serían negativas nuevamente[5]. Sin embargo, hay que tener presente que el decaimiento de las cosechas y la mala calidad de éstas, era visto como un mal presagio económico; las casas comerciales apostadas en Talcahuano tienen menor cantidad de alcohol para poder comercializar hacia el norte.

            A mediados de abril de aquel año, preocupados por la calidad del vino, se publicó un artículo titulado “la acidez de los mostos, manera senciallisima de determinarla”[6] en el periódico “El Arturo Prat”, producto de que muchos viticultores no saben manejar los instrumentos de química y mucho menos se acercan a los laboratorios para realizar exámenes a sus viñedos. El artículo enseña operaciones básicas que se deben establecer al momento de producir y elaborar los mostos, son lineamientos establecidos por el químico francés M. Joulie. A la semana siguiente, con el título “Consideraciones Vitícolas” se intenta llamar la atención a la población itateña por la cosecha de dicho elemento, teniendo cuidado de “tomar” la uva y no maltratar la parra, para aquello, se deben emplear hombres entendidos en la materia vitivinícola[7].

Itata se encontraba a la vanguardia en el trato que debería tener el vino, las variadas publicaciones provenientes desde el extranjero eran de total conocimiento de la prensa local, y con ello, se estableció una sección en el periódico “El Arturo Prat” denominada Viticultura, la cual, entregaba conocimientos técnicos del proceso de cuidado, abonado, cosecha, poda y elaboración de los mostos. Los artículos en tu totalidad venían de los estudios realizados en Francia por diferentes químicos o entendidos sobre el tema; Ivan Bang introdujo el uso del abrastol en el tratamiento y conservación de los alcoholes[8]. La intención de publicar variados artículos que abrazan la viticultura era educar a los agricultores de la zona, haciendo énfasis en mejorar la calidad de los vinos.

Al transcurrir el año 1894, las actividades artesanales orientadas a la producción vitivinícolas se ampliaron a todo el departamento del Itata, cada vez, mayor cantidad de tonelerías se abrían en las ciudades, tal es el caso en la ciudad de Quirihue y al servicio de todas las subdelegaciones de Itata, el señor José Anjel Vasquez y Cª, en la Avenida Arturo Prat, esquina con la calle de Blanco Encalada, trabajaba y refaccionaba carretones, ruedas, lagares, tapas y barriles de todos los tamaños[9]. El mismo oficio realizaba Carlos Torres R. en la calle de Maipú, al lado este del galpón del señor del señor José Ignacio León, quien ofrece a los señores dueños de bodegas sus servicios en el ramo de tonelería, garantizando su trabajo perfeccionado en la larga práctica y ofreciendo toda clase de muy buenas informaciones[10]. El mercado del vino y derivados contrajo una apertura a las labores artesanales, muchos de los peones, gañanes y labradores que anteriormente se dedicaban a deambular por los caminos[11], se especializaron en ciertas actividades, las que fueron desarrollando, practicando y perfeccionando al insertarse dentro de las ciudades. Al igual que la matriz económica-comercial se fue complejizando, la estructura social se diversificó; el predominio de la sociedad rural, generó actores que habían nacido en la ruralidad, pero que de a poco se acercaron a las nacientes ciudades, desarrollaron una fuente laboral y se quedaron allí, pero hubieron otros que mantuvieron su estrecha relación con el mundo rural, a pesar de aquello, permanecer gran parte de su tiempo dentro de las ciudades, y finalmente, estuvieron los que se quedaron sometidos a la estructura rural y no verían cambiar su situación hasta mediados del siglo XX.

En el mismo año, el gobernador del departamento, el señor Rodemil Espejo, al cerciorarse de las problemáticas en los viñedos, envió una nota al presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, remitiéndole para su examen algunas cepas de viña que se encontraban enfermas y que causaba problemáticas a los viñateros de Itata:

“Nº 876- Quirihue, diciembre 5 de 1894. El hecho de haberse notado algunas de las viñas de Talca atacadas de una enfermedad que concluye por destruir la planta, ha preocupado vivamente la atención de los viticultores de este departamento, que han podido observar en muchas de las que aquí se cultivan la misma o parecida enfermedad de que se han ocupado los diarios de la ciudad nombrada. El infrascrito se ha cerciorado personalmente; en unas visita practicada acompañado de algunos caballeros de la localidad al extenso viñedo de don José del C. Campos Galván, ubicado a inmediaciones de la población, que numerosas plantas aparecen sin brotes y totalmente asoladas, sin que parezca razonable atribuir éste resultado a desigualdades de la tierra que es la misma en todo el plantel o de cultivo, que no ha cambiado y es el que se viene empleando seguidamente desde algunos años a la fecha. El mal notado en la viña <Agua Miro> del señor Campos Galván en donde se estima en quinientas plantas esterilizadas, se ha podido ver que existe en menor o igual grado de intensidad en otras viñas de los alrededores de éste pueblo, como en la de Chipre de don Juan de Dios León y en la de San José de los señores Maira. Según datos que ha podido reunir la gobernación, la pérdida de plantas ha venido observándose desde el año anterior en otras viñas del departamento, entre las cuales se encuentran la de <San Agustín>, cerca de Ninhue a cinco leguas de esta ciudad y la de don Fidel Urrutia en Lircay. Como bien pudiera suceder que la enfermedad sea la misma que se trata de conocer en las viñas de Talca, he considerado del caso remitir a Ud. por correo de hoy, un ejemplar de las cepas destruidas aquí, a fin de que la sociedad Nacional de Agricultura, si lo tiene a bien, la tome en cuenta en los estudios y experimentos científicos que haga con el indicado. Dios guíe a Ud. Rodemil Espejo ”[12]

 

Las enfermedades en los viñedos fue una problemática que tuvo realce tras el auge de las casas comerciales que solicitaban el preciado líquido y su exportación hacia Santiago, Valparaíso y el norte minero. La preocupación en el gobernador y su pronta solución fue una temática urgente en el departamento, variados agricultores se vieron afectados y con ello, la producción de vinos y mostos también lo fueron. El gobierno por su parte, tenía asuntos de mayor relevancia que las enfermedades en las viñas, la embriaguez en el Chile decimonónico era una problemática transversal en la sociedad; el fácil acceso de los individuos al alcohol de dudosa calidad provocó un consumo excesivo del líquido, generando mayores problemáticas tras su efecto. A mediados de 1895 el gobierno envió un proyecto de ley al congreso que consideraba como delito la embriaguez[13], por sus particulares efectos sociales-económicos.

En el Almanaque vitícola, publicado en noviembre de 1897 en el periódico “El Arturo Prat”, establece los pasos a seguir tras el crudo invierno que azotó el centro sur del país; las heladas primaverales eran la principal preocupación de los agricultores, sin dejar de lado el "azuframiento" y el correcto desarrollo de las hojas tras el completo desenvolvimiento de los sarmientos.

 

Para las heladas se conoce como procedimiento curativo el bañar las viñas en nubes de humo, producidas por fogatas de leña/guano o sarmientos colocados en puntos inmediatos a los cuarteles, debiendo "principar" dicha marea dos horas antes de la salida del sol para terminar una hora después. En cuanto a los métodos prácticos se conocen varios, entre los cuales merecen notarse os riegos que se efectúan a continuación o enseguida de las heladas; y el más sensible y que concluye de una vez con las regiones infectadas es el de cortar todas las partes atacadas[14].


Las siembras por su parte, tras el aguacero que se dejó sentir en la segunda quincena de abril, ha dado paso a las siembras de trigo en los diversos fundos-haciendas del departamento y se espera un prometedor año para tal producto que se ha visto decaído en Itata tras el auge de la “frontera” y cierre de los principales puertos comerciales del norte chileno; no obstante, los largos aguaceros son perjudiciales para las siembras, tal caso se hizo presente a mediados de 1891, donde no se tenía recuerdo de haber llovido tanto, 23 días y aún no había signo de parar[15]. De igual importancia que los demás productos, la papa, en Itata ha destacado por su alta productividad, principalmente sobre la costa de Cobquecura y Buchupureo, su alto rendimiento evidencia su cotizada presencia en los hogares itateños, pero, como se mostró anteriormente, el factor climático alteró sustancialmente la producción de todos los productos en la zona, sumado además de las plagas que azotan los productos, tal caso se hizo sentir en el litoral itateño, al tener mal aspecto los cultivos, en especial la papa, que muestra la presencia de la concunilla[16]. Tras las cosechas en el primer trimestre del año 1892, en el litoral, los resultados no han sido nada halagüeñas para los cosecheros, al contrario, su alta demanda ha sorprendido a los productores, su valor se cotiza a $2.25 la fanega de mejor calidad y a $2 la de regular[17]; el tiempo ha sido muy beneficioso para desarrollar las cosechas, pero los agricultores se encuentran esperando las primeras aguas, para así, romper las tierras.

A mediados de 1893, para mejorar la calidad de siembra y cosecha de la papa, se tomó como guía los Apuntes tomados del folleto; El cultivo de la papa, donde se establece como debe ser sembrada, y los errores que conlleva el mal uso de la tierra. En aquel período se manejaba la estadística de 3.000 kilogramos de papas por hectárea, o sea, 4.687 kilogramos por cuadra. El folleto, explicado por M. Girard, establece que los surcos deben tener una distancia media de 60 centímetros uno de otro, colocando la siembra a distancia de 50 centímetros. Además, la cantidad de tubérculos sembrados por metro cuadrado y el tipo de papa (variedad), no influiría en su producción, por lo que el llamado es a respetar el conocimiento y competencias de los agricultores al momento de sembrar y no tomar en cuenta los estudios realizados por los expertos. Sin más, el proceso de cosecha, de igual forma, se aconseja no realizarlo antes de tiempo, es preferible hacerlo en su debido momento o después. El momento indicado debe ser cuando las hojas de las plantas se ponen marchitas y principian a secarse, pero de ninguna manera cuando aún hay señales de vida; aquel hecho podría afectar en un 10% del rendimiento[18].  Para las enfermedades, se recomendaba utilizar el sacarato de cobre, inventado por M. Michel Parret, disolviendo 100 litros de agua, 3 kilogramos de sulfato de cobre y 3 kilogramos de cal; para su eficacia, se debían regar las plantas ligeramente. De igual manera se daban detalles de la conservación de la papa, dando como dato, la estrategia que utilizaban en Europa[19].Los artículos relacionados a la papa, iban en directa ayuda a mejorar la producción de aquel bien tan necesario para Itata, pero, su versatilidad, fomentaba su demanda dentro de la población, variadas eran las recetas en que se podían utilizar las papas; malta de papas, pan de papas, harina de papas y queso de papas, café de papas, rapé de papas, lavado de la ropa con papas, féculas de papas (almidón o chuño), almidonado de papas, alcohol de papas, vinagre de papas, jarabe de papas, azúcar de papas, vinos de papas, vino blanco de papas (gráce), pintura de papas, barniz de papas, engrudo de papas, abono de potasa, entre otras[20].

A pesar de los malos presagios, el desarrollo productivo se llevó de manera normal, sin grandes distractores, los individuos en la segunda mitad del siglo XIX, contaban con experimentar un porcentaje de pérdida en sus cultivos, no existían los conocimientos técnicos, ni los avances para paliar aquellos inconvenientes, por lo que, perder una parte de sus cosechas, era algo habitual, normalizado en aquel período, por ello, no es de sorprender, ver anuncios enfocados en la compra de los productos. Además, hay que tener presente que la mayor parte de la producción (trigo y vino), se destinaba a sostener la demanda de los diversos lugares del país, en especial las grandes ciudades de la zona central y norte minero.

             En marzo de 1892, la venta de trigo blanco ha superado los 60.000 hectolitros en Talcahuano, a $6 a bordo, un alto valor en comparación con las plazas un poco más alejadas del puerto, aquel precio se cotiza para Europa, pero la urgencia de los pedidos en Perú hace pensar que los precios se podrían elevar[21]. Las cosechas de trigo en 1892 han sido halagadoras, su rendimiento sobrepasó toda expectativa, por lo que su precio ronda los $4.70 el hectolitro en la ciudad de Quirihue, aumentando su valor al acercarse a los puertos de exportación o línea férrea[22]. Si bien, a mediados del año 1891 se presentaron temporales de lluvia y viento, sumado a largas jornadas de lluvia, pestes y plagas, la utilidad ha sido mayor que todos aquellos inconvenientes, a pesar del porcentaje de pérdida que siempre está presente. Pero la producción es una cosa, el valor de su venta y el transporte son factores que también determinan un buen año agrícola, los agricultores deben buscar el mejor pagador y la manera de transportar sus productos a los locales comerciales.

            Tal es el caso en Buchupureo, lugar donde se han establecido casas comerciales que han acopiado el producto y pretenden sacarlo a través de la misma bahía, pero las problemáticas que presenta la rada ha dificultado su exportación a diferentes lugares del país y el mundo. La cantidad de trigo en aquel lugar no baja de los 80.000 a 100.000 hectolitros[23], una cifra poco despreciable para la magnitud del puerto de Buchupureo; los agricultores del litoral ven en Buchupureo el lugar más cercano para vender sus productos, debido a que la línea férrea más cercana se encuentra en Cauquenes o San Carlos, imposible para la mayoría de los productores. A medidos de abril de 1892 el precio del trigo se mantuvo estable, en la plaza de Quirihue se cotizaba a $4.00 fanega, pero puesto en el puerto de Talcahuano a $5.40, dando a entender que el producto y su valor no han sufrido fluctuaciones considerables, más bien, está dentro del rango de la normalidad[24].

            A pesar de ampliar la matriz comercial en Itata, el trigo siguió siendo el producto de mayor importancia, el nuevo año de 1893 las cosechas se esperan prometedoras, las condiciones climáticas fueron las necesarias para obtener un buen producto, por ello, en el primer trimestre las cosechas se encuentran avanzadas, las de “vega” han sido bastante regulares, pero, no así las de “lomas”, a estas, le ha entrado el polvillo, por lo que existió una preocupación por el riesgo que conlleva su cosecha y envío a los puertos cercanos[25]. Quizás el polvillo solo fue una amenaza que afectó una mínima cantidad de las cosechas o mejor aún, era un miedo con el que se vivía, pues el valor del producto no bajó, el precio del cereal fluctuó en Talcahuano, puesto a bordo, entre $5 y $5.10[26], manteniendo una rango de normalidad comercial. El cereal de Itata muestra una enfermedad en las cosechas de 1893, pero su precio en Talcahuano están dentro del rango de normalidad, hipotéticamente su escasez puede haber provocado un precio estable o peor aún, el trigo de Itata no era considerado dentro del comercio, lo que sí regularía la producción de Malleco y Cautín. Publicado en un periódico de Tomé se establece que el valor de las transacciones del trigo en aquel lugar fluctúan entre los $5.00 el blanco y $4.50 el negro a finales de marzo, habiendo por tanto experimentado una regular baja. Por ello, las bodegas compradoras paralizaron sus compras, con la reciente noticia de la baja del precio del cereal en Europa, se estimó que las semanas entrantes, su precio seguiría a la baja[27]. Si en el puerto de Tomé ha experimentado un paulatino descenso el valor del trigo, una situación diferente en el mismo período transcurría en el puerto de Talcahuano; en aquel puerto se cotizaba a $5.70[28] centavos el hectolitro, una gran diferencia entre los dos puertos más importantes de la zona. Con el paso de los meses, el cereal puesto en Talcahuano no dejó de experimentar un alza considerable, a pesar de los malos presagios, y la caída de la demanda en Europa,  a mediados de mayo de 1893 alcanzó el sorprendente valor de $6.00[29]; evidenciando una estabilidad en el mercado que se proyectó hacia los productores en la confianza de mantener la siembra del cereal. Superando toda expectativa, la semana siguiente, con las mismas condiciones evidenciadas anteriormente, el valor del trigo alcanzó en el puerto de Talcahuano $6.30[30], lo que sería un excelente augurio para las casas compradoras y los productores del cereal.  

            A mediados de 1893, según se lee en el Diario Comercial de Concepción, ha habido un decaimiento en el mercado del trigo, al punto de no haberse realizado transacciones de consideración en las últimas semanas, han habido casos en donde los vendedores han ofrecido buenas partidas al precio de $5.90 por hectolitros, no encontrando compradores a más precio que el de $5.75; nadie quiere aventurarse a realizar grandes transacciones, muchas casas compradoras creen que muy luego se podrán realizar operaciones en trigo alrededor de $5.40 a $5.50 por hectolitro, y siempre con la esperanza de que siga en descenso gradual[31]. Sin embargo, finalizando el primero semestre del año, el trigo ha mantenido su valor en el puerto de Talcahuano, aún se puede encontrar a $5.90[32] el hectolitro, por lo que no evidenciado fluctuaciones considerables, hay que tener presente que uno de los factores que ha mantenido aquel valor, debe ser la época del año y el clima reinante en el centro sur de Chile. No obstante, los agricultores de Itata y alrededores poco pueden hacer frente a la influencia del cereal de la “frontera”, mejor dicho, se debieron adaptar a los valores que ahí se transaban.

            Uno de los mayores miedos en los agricultores y casas compradoras, era el gorgojo que podía afectar las bodegas en donde se conservaban los cereales, en especial el trigo, el maíz y frejoles, la propagación del insecto de una manera tan numerosa y rápida, ha hecho temer su propagación a las cosechas. Sin embargo, para evitar su propagación y efectos, basta poner en ebullición una pequeña cantidad de brea, depositando las vasijas en el granero veinticuatro horas, en las que permanecerá cerrado para conservar los vapores, además se aconseja untar las puertas y ventanas con dicha sustancia. Con este simple procedimiento, los agricultores evitaban los perjuicios que todos los años experimentaban en las bodegas, por lo que se solicitaba practicar dicha fórmula cada vez que anhelaban realizar sus depósitos en bodegas[33].

            En 1894, el año comenzó con el valor del trigo relativamente estable, puesto en el puerto de Talcahuano se cotizaba a $5.25[34], y a diferencia del año recién pasado, se esperaba que su precio se mantuviera. En su contrapartida, en el mismo trimestre, el valor del cereal en el puerto de Tomé alcanzó los $5.40[35] el hectolitro, una considerable diferencia a su símil de Talcahuano, pues buscaban distintos productores; Talcahuano hacia la frontera y Tomé desde Coelemu hasta Talca.

            La creciente importancia del cereal del sur, dominando e influyendo en los precios que se cotizaba en los puertos, afectó de manera obligatoria a los demás puertos cercanos, por ello, su cotización en el puerto de Talcahuano era de gran interés para los productores, entre ellos, los del Itata. A mediados de abril, el valor se ha mostrado favorable, pues se cotizaba a $5.30 el hectolitro, con tal motivo, el mercado del trigo ha tenido bastante animación y hubieron transacciones bastante importantes en aquellos días[36]

Ampliando la matriz productiva, la importancia de otros productos en Itata evidencia las variadas actividades que desarrollaban los individuos; entre ellas, la de buscador de vetas de minerales sería una de las menos conocidas, pero de gran importancia en la segunda mitad del siglo XIX. El principal producto que se buscaba era el oro, habiendo resultados positivos para su extracción, principalmente relacionado con los ríos cercanos. A mediados del año 1892 se presentaron dos solicitudes para extraer el codiciado mineral, la primera de ella fue de parte de Isaías Duvanchelle y Virginio Gonzáles en el lugar denominado “Quebrada de la Sierpe” en el fundo Torreón de propiedad de don Luis Urrutia Rosas en la subdelegación de Trehuaco. El descubrimiento de arenas auríferas por parte de los aventureros  es en el estero de la quebrada mencionada, cuyo rumbo está orientado de oriente a poniente. La solicitud realizada al señor juez letrado de minas, iba acompañada de una muestra, la cual busca que se conceda la pertenencia del descubrimiento y explotación del mineral, tal como dicta la ley; Duvanchelle y Gonzáles han bautizado su descubrimiento como “Constancia” y “Suspiro” respectivamente.

            De igual manera, en una solicitud de inscripción para una veta virgen de mineral de oro en el fundo Huillipatagua, subdelegación de Pocillas de este departamento que pertenece a la testamentaria de don Daniel Merino B. La veta atraviesa los cerros “Cardas y Huigueros ” y situada distante como dos cuadras al norte de dos árboles higueros obre el último cerro nombrado; corre la veta de oriente a poniente, sus nombres fueron denominados “La Cruz” y la otra “Corona”. La solicitud realizada por Juan J. Briggs pide que se le conceda las dos pertenencias, cada una de 5 hectáreas.

 

Nómina de las propiedades mineras situadas en el departamento que no han pagado patente en el año 1890[37].

Nombre de los dueños

Nombre de las minas

Subdelegación

Clase de metales

Santiago Urrutia

Clotilde

Pocillas

Oro

Santiago Urrutia

Unión

Pocillas

Oro

Gustavo Gabler

 

 

 

José  Francisco Molina Gómez

Berta

Pocillas

Oro

José  Francisco Molina Gómez

Hélia

Pocillas

Oro

José  Francisco Molina Gómez

San Francisco

Pocillas

Oro

José  Francisco Molina Gómez

Mercedes

Pocillas

Oro

José  Francisco Molina Gómez

Rosa

Pocillas

Oro

José  Francisco Molina Gómez

Juana Rosa

Pocillas

Oro

José  Francisco Molina Gómez

Faviola

Pocillas

Oro

J. Mateo Muñoz

Digueno

Pocillas

Oro

 

Nómina de las propiedades mineras situadas en este departamento que no han pagado patente el año de 1894.

Nombre de los dueños

Nombre de la mina

Subdelegación

José  Francisco Molina Gómez

María

Pocillas

José  Francisco Molina Gómez

Magdalena

Pocillas

José  Francisco Molina Gómez

Cármen

Pocillas

Isaías Dubanchelle y Virjinio Gonzáles

Constancia

Trehuaco

Isaías Dubanchelle y Virjinio Gonzáles

Suspiro

Trehuaco

Isaías Dubanchelle y Virjinio Gonzáles

Helena

Trehuaco

Fuente: Periódico “El Arturo Prat”; 4 agosto 1894.

 

En su mayoría, las extracciones mineras del departamentos están abocadas al oro, pero dejan ganancia que dan la libertad de sobrevivir, no pueden ser calificadas como de alta ley. .De igual manera, la venta de otros productos y su producción es de real importancia para la población local, la cebada por ejemplo, cotizada por la cervecería de la ciudad, frente a la casa del Sr. Vicente Rifo, levantada por Guillermo Von Bichoffshausen[38], hace un llamado a vender en su local, dicho cereal para obtener la materia prima de la cerveza; a pesar del leve descenso de las semillas cosechadas en los últimos años, son lo suficiente para abastecer el mercado cervecero local. El año 1892 es considera un período complicado en las cosechas, por no decir, “Mal año”, como se ha explicado, se caracterizó por ser un año lluvioso, donde la mayoría de las plantaciones corrían el riesgos de perderse, sumado además a las plagas y enfermedades que azotaban la zona central hasta Valdivia. Durante el segundo semestre de aquel año, los agricultores y hombres de campo, empiezan a sentir los efectos del mal año, si bien en el primer semestre abundaron las torrenciales lluvias, tras el invierno, no ha caído lluvía alguna, la falta de agua en el departamento a llevado a considerar como una crisis tal problemática: la falta de pastos y flacura de los animales aumentó considerablemente y para fin de año se temió una gran mortandad, afectando la economía local[39]. Pero, a pesar de las apocalípticas predicciones económicas que se vaticinan tras la falta de agua, todo se fue normalizando al finalizar el año, llegando a manifestar que las cosechas en el año entrante serían regulares en todo el departamento[40]

La sección de “Agricultura” en el periódico “El Arturo Prat” del año 1893 consideró escencial incorporar un apartado sobre las plantaciones de árboles frutales, la preparación del suelo, plantación  y conservación de la planta en su proceso de crecimiento. Si bien, se dan los lineamientos centrales aquella labor, resulta fundamental incorporar abono para su fertilización, por ello, se contempla una temática enfocada en el abono económico; los agricultores acusan que sus malas cosechas son provocadas por la falta de ello. Y no menos importante, se intenta educar a la población con un apartado referido al modo de usar el salitre, el modo de desparramarlo y cantidad por cuadra a distribuir[41]. La creciente importancia del salitre en los cultivos nacionales, provocó que su distribución se realizara a las diferentes zonas del país, a inicio de 1894 se encontraba la S. S. Iriarte y Cª de Tomé ofreciendo dicho abono en la plaza de Quirihue al mismo precio que en dicho puerto; la venta se ofertaba por pequeñas y grandes cantidades[42]. El uso del salitre en la agricultura se fue masificando a las casas comerciales instaladas en las ciudades, en primera instancia las casas comerciales que se encontraban cerca de los puertos y posteriormente, la apertura en ciudades de los interiores, diversificó el uso del salitre en los cultivos; el uso del salitre fue visto como un aliado a la productividad de cereales en Itata[43]. Su uso en los viñedos y cereales no es un tema nuevo para la agricultura nacional, si bien, en la década de 1890 se dio énfasis en su uso, los agricultores de la zona de Itata ya llevaban tiempo utilizando dicho abono[44]. Su proceder en el trigo era relativamente distinto a como se aplicaba en los viñedos, el trigo al tener sus raíces mas o menos superficiales, merecía un trato diferente; las raíces al tener un contacto directo con el abono, se reflejaba en un exuberante follaje, pero perjudicial para la formación del grano y su productividad. Siguiendo las recomendaciones, la lluvia juega un rol fundamental, para diluir y entrar en la tierra dicho abono, con ello, habría una mejor absorción por parte de la planta y con ello, conseguir objetivos placenteros. La época oportuna para su aplicación es a partir de la primera quincena de agosto, para concluir a mediados de septiembre, la cantidad que conviene aplicar ronda los 400 kilogramos por cuadra; mientras más molido se encuentra el abono, más pronta es su acción. Sin embargo, la petición al gobierno para que baje los precios del quintal del preciado abono, es una latente solicitud que aún no encuentra respuesta; su valor ronda los $3.50 a $4.00 el quintal.

Haciendo los cálculos, una siembra que no hubiese utilizado ese abono, produciría por ejemplo, 8 por 1, pero, convenientemente al utilizar salitre, se calcula que subiría a 14 o 16, tal vez a 20, según la constitución de terreno en donde se realice la plantación. Se gastarán, por ejemplo, 30 pesos más o menos por cuadra y se recogerá por efecto del salitre en término medio más de $100; para la agricultura y el comercio, su uso trae y traerá grandes beneficios para la población itateña, enfocada en la la productividad agrícola [45].



[1] Viñas. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. VIII. NUM. 513, jueves, 23 abril 1891. Quirihue. p.3

[2] ¡Pipas, Pipas! Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. IX. NUM. 551, jueves, 29 enero 1892. Quirihue. p.1

[3] Viñedo. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. IX. NUM. 561, jueves, 30 abril 1892. Quirihue. p.2

[4] Procedimientos para quitar el sabor a madera en los vinos. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. X. NUM. 578, jueves, 25 agosto 1892. Quirihue. p.2.

[5] Viñas. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. X. NUM. 605, jueves, 2 marzo 1893. Quirihue. p.3

[6] La acidez de los mostos, manera sencillísima de determinarla. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. X. NUM. 612, jueves, 23 abril 1893. Quirihue. p.2.

[7] Consideraciones vitícolas. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. IX. NUM. 613, jueves, 27 abril 1892. Quirihue. p.2

[8] Salvación de los vinos. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. XI. NUM. 651, sábado 11 noviembre 1893. Quirihue. p.2.

[9] Carrocería y tolenería. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. XII. NUM. 712, sábado 8 diciembre 1894. Quirihue. p.1

[10] A los señores vitícultores. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. XVII. NUM. 920, martes 7 febrero 1899. Quirihue. p.1

[11] Salazar, G. Labradores, Peones y Proletarios. Formación y crisis de la sociedad chilena del siglo XIX. Ediciones Sur. 1985. Santiago de Chile. p. 149. “Los nuevos vagabundos del siglo XIX eran, en cambio, hijos de labradores escapando de la residencia campesin en la tierra. Como tales, no sentían un hambre partícularde tierras, ni portaban en sí un proyecto colonizador. Por su situación, querían algo mucho más vago: buscar la fortuna personal en los caminos, en los golpes de suerte o, más vago aún, en el hipotético ahorro de los salarios peonales.” 

[12] La enfermedad de la viña. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. XII. NUM. 712, sábado 8 diciembre 1894. Quirihue. p.3

[13] Leyes contra la embríaguez. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. XIV. NUM. 753, sábado 10 agosto 1895. Quirihue. p.3

[14] Almanaque vitícola. Mes de noviembre. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. XVI. NUM. (…), sábado (…) noviembre 1897. Quirihue. p.2

[15] Lluvias. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. IX. NUM. 527, jueves, 23 julio 1891. Quirihue. p.3

[16] Agricultura. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. IX. NUM. 548, jueves, 8 enero 1892. Quirihue. p.2

[17] Papas. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. IX. NUM. 561, jueves, 30 abril 1892. Quirihue. p.2

[18] Apuntes tomados del folleto; el cultivo de la papa. Manera de obtener grandes cosechas. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. XI. NUM. 628, jueves, 12 agosto 1893. Quirihue. p.2

[19] Ibídem. p. 2. “Para su conservación (…) Se debe elegir un terreno seco y excento de humedad; el de arena es muy bueno. Se abre un foso de 0.75 centímetros a un metro de profundidad colocando tierra en un solo lado, formando una muralla, a continuación de la del foso. Se colocan en la base de la excavación y en la muralla formada por la tierra una capa de paja larga de trigo o cebada de 20 centímetros de espesor. En seguida, se formrá un montón de papás recostad en la muralla con paja. Se cubren las papas con otra capa de paja de 20centñimetros y tierra o arena formando un espesor de 40 centímetros, encerrando completamente las papas de esta manera para impedir la entrada del aire y el calor. De esta manera se conservan las papas todo el año, siendo muy poca la diferencia entre las nuevas y las conservadas.”

[20] Utilización de las papas. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. XI. NUM. 620, jueves, 19 agosto 1893. Quirihue. p.2

[21] Trigo Blanco. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. IX. NUM. 555, jueves, 17 marzo 1892. Quirihue. p.2

[22] Ibídem. p.2.

[23] Trigo en Buchupureo. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. IX. NUM. 556, jueves, 24 marzo 1892. Quirihue. p.2

[24] Trigo. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. IX. NUM. 559, jueves, 14 abril 1892. Quirihue. p.2

[25] Cosechas. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. X. NUM. 605, jueves, 2 marzo 1893. Quirihue. p.3

[26] Trigo. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. X. NUM. 607, jueves, 16 marzo 1893. Quirihue. p.3

[27] Trigo. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. X. NUM. 609, jueves, 30 marzo 1893. Quirihue. p.3

[28] Trigo. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. X. NUM. 611, jueves, 13 abril 1893. Quirihue. p.3

[29] Trigo. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. X. NUM. 615, jueves, 13 mayo 1893. Quirihue. p.3.

[30] Trigo. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. X. NUM. 616, jueves, 20 mayo 1893. Quirihue. p.2

[31] Mercado de trigo. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. XI. NUM. 619, sábado 10 junio 1893. Quirihue. p.3.

[32] Trigo. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. XI. NUM. 626, sábado 29 julio 1893. Quirihue. p.3.

[33] Contra el gorgojo de los graneros. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. XI. NUM. 628, sábado 12 agosto 1893. Quirihue. p.2.

[34] El precio del trigo. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. XI. NUM. 662, sábado 13 enero 1894. Quirihue. p.2

[35] Trigo. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. XI. NUM. 666, sábado 10 febrero 1894. Quirihue. p.2

[36] Trigo. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. XI. NUM. 678, jueves, 14 abril 1894. Quirihue. p.2

[37] Nómina de las propiedades mineras situadas en el departamento que no han pagado patente en el presente año. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. VIII. NUM. 464, jueves, 5 junio 1890. Quirihue. p.3 “Hasta la fecha, las minas que no han pagado su respectiva patente son en la subdelegación de Pocillas, ahí es donde se concentra la extracción del mineral, todas ellas enfocadas en el Oro. De acuerdo a lo establecido en el art. 135 del Código de Minería. Si dicha concesión no se cancela hasta el treinta de junio del corriente año (1890), se presentará a remate la concesión minero o mina al mejor postor”

[38] A los agricultores. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. X. NUM. 571, jueves, 7 julio 1892. Quirihue. p.1.

[39] Mal Año. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. X. NUM. 584, jueves, 13 octubre 1892. Quirihue. p.2.

[40] Cosechas. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. X. NUM. 597, jueves, 29 diciembre 1892. Quirihue. p.2.

[41] Agricultura. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. X. NUM. 615, jueves, 13 mayo 1892. Quirihue. p.2

[42] Trigo. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. XI. NUM. 678, sábado, 14 abril 1894. Quirihue. p.3.

[43] Salitre. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. XV. NUM. 826, sábado, 6 febrero 1897. Quirihue. p.3. “En la sección <<Agricultura>> se hace una revisión de las ventajas del salitre en la agricultura, los principales yacimientos mundiales, su composición y su comportamiento al momento de ser utilizado. Los efectos de las lluvias sobre el abono y las grandes ventajas al ser utilizado para nutrir los viñedos.”

[44] Agricultura. Aplicación del Salitre. Consejos prácticos a los agricultores. Viñas y Cereales. Periódico Literario e Industrial. El Arturo Prat. Año. XVII. NUM. 903, sábado, 20 agosto 1898. Quirihue. p.2. “Acabo de indicar en el primer capítulo de este mismo artículo el procedimiento que conviene adoptar para hacer participar a los viñedos de las acciones benéficas del nitrato de sodio. Lo he usado por más de 12 años y siempre me ha dado excelentes resultados.”

[45] Ibídem. p. 2.

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