ITATA, El ciclo cerealero y viticultor en el cambio de siglo (XIX-XX); la expansión de la matriz productiva
El nuevo año comenzó anunciando, como todos los años, el impuesto agrícola que debía hacerse efectivo en el mes de abril, antes no se pudo dar este trámite por las complicaciones gubernativas en que estuvo inserto el país (1891). Como ha sido la tónica en los últimos años, las cosechas de vinos ha visto un crecimiento exponencial y la productividad abundante en el departamento. A diferencia de los años anteriores, la recolección en 1891 ha sido a tiempo, antes de las lluvias, por lo que su calidad es superior a los mostos predecesores. Es paradójico establecer que a pesar de la alta productividad de los viñedos, la demanda de un subproducto como la chicha ha descendió considerablemente, siendo su precio de $1 arroba (@) [1] en aquel año, pero, los insumos relacionados a la producción del vino, como las pipas, en el vecino puerto de Tomé se encuentran a la venta por toneleros expertos “ H. P. Henrichsen e hijos ” [2] . El año 1892, fue un mal período para las cosechas d